
Ana Ayala, Camila Cruz, Victoria Mendizábal y Valentina Parodi

TikTok: el auge de los booktokers y la crítica literaria en 30 segundos
Jóvenes lectores apasionados comparten el placer de la lectura mediante reseñas de libros, imágenes o escenas de sus experiencias literarias. Se posicionan como los nuevos aliados para la difusión de libros y autores, la lectura comunitaria y virtual, y la crítica literaria.
Por Camila Cruz
“Los chicos ya no leen más”. Esto dicen los adultos. Sin embargo, las redes sociales demuestran lo contrario. Desde 2017, los hashtags literarios funcionan en TikTok con millones de visualizaciones. Así nacieron los booktokers, los nuevos influencers que crean contenido exclusivo sobre el mundo literario para conectar con la lectura a los jóvenes desde el lado digital. Grandes comunidades de aficionados logran formarse mediante esta pasión que muchos creen olvidada. Este fenómeno no es propio de TikTok, sino que estalló años atrás con la llegada de Internet en YouTube.
El éxito de los booktokers se puede explicar en pocas palabras: contenido breve y dinámico mediante un lenguaje asequible. Camila Duarte, booktoker argentina con más de 100 mil seguidores, reflexiona: “En TikTok tenés que conseguir la atención de la gente en poco tiempo, entonces los influencers tenemos que ser. efusivos, eufóricos y hacernos notar”. A su vez, otro de los grandes desafíos es lograr un contenido pedagógico porque, al final del día, no se trata solo de un vídeo, sino que se promueve una experiencia integral de la lectura.
Así se genera un circuito de atracción y de retroalimentación, en donde el público empieza a sumergirse en las páginas de los libros. “Recibo comentarios de gente que ha comenzado a leer gracias a mí”, cuenta Agustina Rios, influencer literaria, que hoy tiene 64 mil seguidores. Después de profundizar en la lectura, los jóvenes encuentran un mundo paralelo en donde logran ver un reflejo de su propia realidad. Esta es una de las características que ha logrado la popularización de la literatura, comenta Guadalupe Castagnola, influencer literaria con más de 122 mil seguidores.
Además de hablar frente a cámara, los influencers funcionan como el nexo principal de una gran comunidad que se crea a causa de intereses en común. Gracias a esto, nuevas relaciones estrechas se forman a partir de la búsqueda de un sentido de pertenencia. “Hay mucha interacción. Entonces se genera un sentido de comunidad”, explica Duarte. En consecuencia, estas conexiones sirven como inspiración para que el público comience a crear sus propios videos y recomendaciones. Ríos expresa: “Durante la cuarentena vi videos de Victoria Resco y Almendra Veiga, las dos influencers con más seguidores, y ellas me incentivaron a crear mi propio perfil”.

El camino hacia las visualizaciones
Para los influencers, la clave para atraer al público está, además, en adoptar una de las consignas que se viralizan en la red social para realizarlas con su impronta personal y literaria. Estas tendencias implican desde la elección de la música más popular en la plataforma hasta los challenges -o desafíos- más famosos con bailes y otras interpretaciones.
A partir de esto, los booktokers han trasladado y adaptado todos sus contenidos oriundos de YouTube como la clasificación de libros, unboxing o 100 libros que tenes que leer, al formato de viralización en TikTok. Duarte reflexiona: “Las tendencias que aparecen por momentos generan un montón de dinámicas nuevas que van apareciendo y contribuyen a la popularización de los contenidos literarios”.
Sin embargo, lo que más cautiva a los lectores, además de los bailes y la música, son los clubes de lectura virtuales. Estas actividades se anuncian exclusivamente por TikTok pero se desarrollan en diferentes aplicaciones como Google Meet, Zoom o Twitch. Los booktokers comparten con sus usuarios diferentes obras e interactúan con ellos durante 24 horas. Los participantes pueden estar simplemente expectantes o, al finalizar la lectura, se pueden sumar a los interminables debates que se generan sobre la trama, los personajes, las decisiones de ellos y cómo cada lector lo hubiese abordado.
“En los clubes no es necesario que el espectador lea estrictamente un libro, sino que puede hacer otras actividades personales mientras participa de forma pasiva”, aclara Rocio Belen Mendoza, booktoker argentina que la siguen 40 mil personas. Además, la influencer agrega que estos encuentros pueden generar un acompañamiento a la distancia en los participantes. Hasta hoy, los Clubes de Lectura han sido el gran soporte y una de los pilares de crecimiento de la comunidad literaria digital.
El poder detrás de las recomendaciones
Estos influencers que expanden el universo literario con la necesidad de compartir con otros el placer por la lectura, también forman parte del engranaje para comunicar novedades editoriales. Autores, librerías u organizaciones como la Feria del Libro, analizan el contenido que generan a partir de las tendencias como una nueva oportunidad, no solo para vender, sino también para involucrar a más personas en el arte de leer.
De esta manera, los booktokers con más seguidores reciben materiales de diferentes editoriales con el propósito de crear contenido a partir de los objetivos comunes de ambos. Por ejemplo, Almendra Veiga, en colaboración con la editorial Godot, produce un video mostrando la calidad de los productos que le enviaron y luego los reseña. Así, ambos ganan: la editorial crece en nombre y Veiga tiene más material para generar contenido. “Luego de estas colaboraciones y reseñas, uno entra a las páginas web de las editoriales, como, por ejemplo, Cúspide, y los libros más vendidos son efectivamente los que recomendamos”, detalla Mendoza.

Almendra Veiga realizó una reseña sobre el libro Al final mueren los dos con 1,6 millones de visualizaciones.
Otro ejemplo claro sobre la inmediata relación entre las reseñas y la suba de ventas se puede ver con el caso del libro Matilde debe morir escrito por Cristian Acevedo. El autor argentino publicó su libro en septiembre de 2020. Al comienzo las ventas fueron exitosas pero, después de un tiempo se frenó la demanda. Sin embargo, a partir de una recomendación de Veiga, las peticiones por la novela aumentaron de forma significativa hasta integrar, hasta el día de hoy, el ranking de los más vendidos.
Guadalupe Castagnola afirma que los influencers literarios son el boom en el mercado editorial. Gracias a las redes sociales, y, en especial, a los booktokers los libros se agotan en poco tiempo. Es evidente que las editoriales necesitan a estas figuras para su continuo desarrollo. No obstante, el furor no solo surge con los libros publicados en la actualidad, sino que también son aquellos clásicos los que protagonizan algunos videos en TikTok. De esta manera, no es solo la literatura contemporánea la que se convierte en fenómeno, sino que también las obras pasadas que marcaron la historia.
El nacimiento de una nueva crítica
En el imaginario, el crítico literario se asocia a aquel académico sabio con una extensa carrera y cultura. Sin embargo, los booktokers derribaron ese estereotipo para instaurar una nueva perspectiva en la cual el crítico sea una persona simplemente apasionada por la literatura y con hambre de expandir este arte. Castagnola confirma: “Los booktokers rompemos paradigmas en el mundo formal de la literatura, tenemos otra estructura propia para comunicarnos”. Los booktokers reseñan, recomiendan o critican un libro desde una perspectiva puramente subjetiva, pero no significa que baje la calidad de la crítica. “Opino desde mi experiencia y mis valores. Los booktokers permitieron que la lectura sea más accesible; no tenes que ser muy sabio para opinar sobre un libro. Cualquiera puede leer y expresar lo que le pareció un libro, y no por eso tienen menos calidad”, explica Duarte.
A su vez, hoy en día es notable que los críticos literarios no logran la repercusión que hoy tiene un booktoker; con millones de visualizaciones logran llegar a más personas de diferentes edades, mientras que los críticos literarios tienen una audiencia menor de tipo académica. La crítica literaria no disminuyó o aumentó, sino qué evolucionó y se adaptó a la literatura contemporánea. Agustina Gomez Orquila, booktoker con más de 115 mil seguidores comenta: “Los influencers literarios son claves en la difusión de los libros. Generan interés. Un ida y vuelta inmediato con los lectores, y un contagio colectivo de opiniones”.
En el ámbito literario tradicional hay cierto desprestigio hacia los influencers literarios. Orquila afirma: “Los críticos literarios tradicionales nos desprecian porque afirman que recomendamos ‘pura literatura basura’ o que ‘todos recomendamos lo mismo’. El arte es subjetivo y no se puede desprestigiar una expresión artística”. Sin embargo, el auge de los booktokers reflejan la renovación de las nuevas formas de comunicar en el mundo de las letras, en donde ocupan un lugar importante para la difusión de la literatura. La gracia literaria ya no la poseen exclusivamente los intelectuales o los críticos. Hoy la promoción de la lectura comienza a poner el ojo en la personalidad de aquellos jóvenes apasionados por las historias que desean compartir sus experiencias literarias con el mundo.
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